Candy Tejera

Candelaria Tejera, Candy para abreviar, tiene 36 años, es de Madrid y está licenciada en Administración y Dirección de Empresas. Su primer parto le cambió la vida porque la realidad me despertó a bofetadas. El nacimiento de su primer hijo fue como la mayoría de los nacimientos en los hospitales españoles: innecesariamente medicalizado, a pesar de que su bebé y ella estaban perfectamente sanos. El resultado de tanta intervención rutinaria fue sufrimiento fetal, forceps y episiotomía de caballo. Pero lo peor de todo fue la separación. Su bebé fue ingresado por sospecha de sepsis en una UCI de acceso restringido a los padres a unos pocos momentos a lo largo del día. La lactancia fue imposible y el vínculo con su niño resultó seriamente dañado. Su testimonio es de gran ayuda para otras futuras mamás.