Tiziano Terzani (1938-2004) quedará para la posteridad como uno de los más brillantes corresponsales de guerra de la historia del periodismo. Su contacto directo con las personas que sufrieron las guerras en sus propias carnes despertó en él un humanismo muy crítico con el poder.
Este periodista y autor italiano de origen humilde creció en Florencia y estudió derecho en Pisa y sinología en Nueva York. Durante 30 años, Tiziano Terzani viajó por el mundo entero como corresponsal del sureste asiático para la revista alemana DER SPIEGEL. Su gran pasión fue Asia, y durante mucho tiempo, China representaba para él la esperanza y el sueño de un mundo más justo. Su modo de ver particular e imparcial, del cual destaca la importancia que atribuía a los asuntos de la gente “pequeña”, sus contemplaciones filosóficas y sus análisis políticos llevaron al periodista y escritor al reconocimiento mundial. Junto a su familia, Terzani se mudó a Singapur en 1971. Desde allí emprendió numerosos viajes no faltos de peligro, para realizar sus reportajes. Así llegó a informar desde Saigón cuando los Vietcong ocupaban la cuidad o más tarde, evitando la muerte por los pelos desde la Camboya de los Jemeres Rojos. Terzani fue uno de los primeros corresponsales occidentales con permiso para entrar en China en 1980. En su busca de una alternativa al capitalismo occidental, se quedó muy impresionado con la visión del mundo de Mao Zedong. Vivía con su familia sin beneficiarse de los privilegios habitualmente otorgados a los occidentales, pero por más que se sumergía en la nueva China de Mao, más crítica se hizo su mirada hacia ella y más críticos se hicieron sus reportajes. En 1984 fue arrestado y expulsado por “actividades contrarrevolucionarias”. Decepcionado tras su propia experiencia, se dio cuenta que no se podía cumplir su sueño de una sociedad mejor mediante guerras y revoluciones. Tras vivir varios años en Japón, donde nunca se sintió a gusto, partió a Nueva Delhi. Las reflexiones sobre la doctrina de Mahatma Gandhi le abrieron camino a nuevas experiencias espirituales. Tras ello llegó a la importante conclusión que la única revolución que provoca cambios duraderos es la que tiene lugar dentro de uno mismo. Siguiendo una profecía, su propia revolución empezó en el año 1995 cuando decidió viajar, durante un año, solo por mar y por tierra en vez de utilizar medios aéreos.
Además de sus trabajos periodísticos, Tiziano Terzani también publicó numerosos libros. Se jubiló a los 58 años, cuando tuvo la sensación de repetirse como periodista. Poco después le diagnosticaron un cáncer, diagnóstico que le hizo retirarse durante 3 años en el Himalaya para vivir allí como un ermitaño. Las experiencias que tuvo durante este período fueron de las más decisivas de su vida y lo prepararon para la muerte, su “última gran aventura”. El hombre que consiguió tantas cosas se convirtió en una persona sin nombre: ”He sido muchas cosas en mi vida, pero al final no soy nada”. Es con estas palabras que resumió su vida a su hijo. Este hombre extraordinario siempre aspiró por la justicia y una sociedad mejor, y una insaciable curiosidad por los hombres y sus vidas.
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