DESCRIPCIÓN

Carmen Fink escribe sus cuentos como movimientos musicales, y no es de extrañar que así sea, dado que la música es su primerísima afición.

Ella misma nos cuenta:

"Aprendí a escribir música hace mucho tiempo, incluso antes de ingresar a la escuela primaria. Ha sido mi compañera en tiempos felices y también cuando he necesitado algo (casi escribo alguien) que me ayudara en mis momentos de tristeza. Años de estudio de un instrumento, el piano, y estudios complementarios de teoría, armonía, contrapunto, análisis musical, historia y composición, me han dejado en la privilegiada posición de escuchar una pieza musical de manera muy especial. Pero sólo ahora, a la luz de la teoría bi-lógica de Ignacio Matte Blanco, es qu estoy intentando aclarar su significado. El ser receptivo a la música es de hecho una actitud afectiva en el arte de escuchar; es un estado de ánimo no-pensante, quizás un estado de pre-pensamiento en que aún no hay una reacción consciente.

En estos cuentos aparecen los mismos principios aristotélicos desarrollados por el Dr. Matte Blanco para reformular los cinco principios conscientes de Freud. El pensamiento simétrico no conoce el concepto de espacio-tiempo, como tampoco conoce la diferencia entre objeto y sujeto. En el inconsciente profundo, tiempo y espacio son verdaderamente infinitos, y el sujeto es idéntico al objeto. En palabras de Matte Blanco: En lo profundo, tanto lo infinito como el inconsciente son intentos humanos independientes el uno del otro para entender algo que es indivisible, y como tal, impensable."