DESCRIPCIÓN

Al leer este libro, nunca más volverá a ver la piel como antes. Esta simple capa protectora guarda numerosos secretos que el doctor Salomon Sellam les propone descubrir.

La piel es el pergamino en donde se escribe nuestra historia desde nuestro nacimiento. El Dr. Sellam pone en evidencia un estadio cutáneo primordial en la maduración física, psíquica y afectiva del recién nacido.

En efecto, a través de este órgano, durante sus primeros contactos piel a piel con su madre y durante su renovación cotidiana, el niño graba al mismo tiempo un conjunto de sensaciones: una serie arcaica cutánea.

Esta está constituida por un cierto número de sensaciones tales como la de estar protegido, de seguridad, existir, ser amado y apoyado, entre otras. Así pues, muy pronto o mucho después, dependiendo de las circunstancias desestabilizadoras que provoquen el rebosamiento de sus propios umbrales de tolerancia, este niño, este adolescente o este adulto puede solicitar la piel, en forma de enfermedad, para disminuir su sufrimiento psíquico interior.

Ponerlo en evidencia, formularlo y sentirse acompañado, le permite continuar su camino de desarrollo personal sostenible, junto, por consiguiente, a una mejoría, incluso a un restablecimiento.

Este libro representa una primera etapa: la del conocimiento de los estados de ánimo originarios de un eccema, de una psoriasis, de una urticaria, de un vitíligo, de una verruga, de un cáncer y de muchos otros.

Nuestro organismo puede ser comparado con una gran empresa en donde cada individuo posee un rol bien preciso.

Esta empresa, de la cual el objetivo principal es vivir los más sanamente y la mayor cantidad de tiempo posible sobre la Tierra, está dirigida por un sistema general compuesto por dos grandes entidades.

La primera está representada por un sistema biológico que comprende todas las células dispuestas en diferentes tejidos u órganos y todas las funciones de regulación del organismo reunidas bajo el término de fisiología.

La segunda pone de relieve el rol particular de nuestro sistema psíquico.

Cuando todo esté bien, este sistema interviene muy poco, como el dirigente de la empresa que sólo vigila y vela el buen funcionamiento de los servicios. 
Aquí, cada célula, cada tejido y cada función participan juntos la buen desarrollo de las múltiples operaciones que requiere una fisiología considerada normal.

Así, ningún contratiempo en el funcionamiento general será deplorado.

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